Durante diciembre, Panamá se encuentra atravesado por la conmemoración de dos aniversarios. Uno agradable y otro luctuoso.
Desde la inauguración oficial, el 15 de agosto de 1914, cuando el vapor “Ancón” cruzó el Canal de Panamá, el control de la vía interoceánica estuvo a cargo de Estados Unidos. La nueva república de Panamá, representada por Philip Bunau Varilla, había concedió a EEUU los derechos a perpetuidad del canal y una amplia zona aledaña de ocho kilómetros, a cambio de una suma de 10 millones de dólares y una renta anual de 250.000 dólares.
Las negociaciones de Panamá para obtener el control del canal se iniciaron en 1970. El 7 de septiembre de 1977, el presidente Jimmy Carter y el jefe de Gobierno de Panamá, Omar Torrijos, firmaron el Tratado Torrijos-Carter, que devolvió a Panamá el control completo del canal el 31 de diciembre de 1999.
El duelo
Con 26.000 soldados y armamento de última generación, el 20 de diciembre de 1989, Estados Unidos ejecutó la operación Causa Justa para desmantelar las Fuerzas de Defensa panameñas y capturar al dictador Manuel Noriega, que fue acusado de narcotráfico y se entregó el 3 de enero de 1990.
Si bien documentos estadounidenses, desclasificados y publicados por primera vez esta semana mantienen que los muertos en la invasión no fueron más de 516, entre ellos 314 militares mayormente panameños, en Panamá se habla de miles de muertos civiles y de violaciones a los derechos humanos.
Por primera vez, Panamá conmemoró el aniversario de la invasión como Día de Duelo Nacional, luego de que esta semana lo decretase el presidente Laurentino Cortizo, “para recordar estas muertes de panameños y como sociedad guardar con respeto el luto que corresponde”.
“Esto nos permitirá ir cerrando esa herida, mirar hacia adelante, todos juntos sin posiciones partidistas, ideológicas o sociales”, dijo Cortizo, que reconoció que “solo con la verdad se podrá pasar por el proceso de luto”.
Por ello, en un acto oficial en el capitalino Jardín de Paz, expresó su total apoyo a la Comisión 20 de diciembre, operativa desde 2016, para que continúe el trabajo de identificar, ubicar y precisar el número real de los fallecidos durante la invasión.
Menem lo supo antes
Cientos de documentos estadounidenses desclasificados, publicados durante este mes por un colectivo de periodistas de Panamá, revelaron que el 20 de diciembre de 1989, a solo horas del inicio de la invasión norteamericana, tres presidentes sudamericanos habían sido alertados de lo que iba a ocurrir.
El entonces presidente George Bush (padre) llamó por teléfono a su par Carlos Menem para informarles que iba a derrocar al dictador Noriega con un ataque masivo. “Noriega nos había declarado la guerra. Su ejército había asesinado a un oficial de la marina estadounidense, habúa golpeado a otro y había acosado a su esposa. (...) Tuvimos que tomar acciones”, explicó el mandatario norteamericano en plena madrugada y prometió “ayudar a los panameños a restaurar el gobierno democrático”.
Minutos después, llamó al entonces presidente venezolano, Carlos Andrés Pérez, y al Jefe de Estado mexicano, Carlos Salinas de Gortari, para ofrecerles esa misma explicación.
“No podíamos permitir que Noriega cometa actos de violencia contra los estadounidenses”, le dijo a Salinas, según los llamados “Panamá Files”, publicados por el colectivo de periodistas Concolón.
Se trata de más de 600 documentos desclasificados de Estados Unidos fechados entre 1977 y 2011, vinculados a la invasión de 1989 y originados en la Casa Blanca, los Departamentos de Estado y Defensa y la CIA, según difundieron numerosos medios. Se publicaron en una nueva plataforma periodística inaugurada con esta investigación en con motivo del aniversario número 30 de la invasión. (Télam)